Gabriel Chaim, la voz de los refugiados
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Gabriel Chaim, fotógrafo nacido en Oriximiná, ciudad del oeste de Pará, no empezó su carrera como fotoperiodista. Se licenció en gastronomía en el Colegio Anhembi Morumbi de São Paulo, estudió fotografía en Firenzi, Italia, y se especializó en fotografía de alimentos en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, donde trabajó durante un año para financiar su proyecto Kitchen4life, a través del cual documentala vida cotidiana de los refugiados para marcar la diferencia en su favor.
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Una tarea que ha llevado al extremo. Además de recorrer campos de refugiados en países como Jordania e Irán, Chaim ha ido a ver de cerca la difícil situación de quienes no han podido abandonar el país y tratan de llevar su vida a pesar de los disparos y las bombas. Ha estado en Alepo, ciudad disputada por rebeldes y soldados gubernamentales, y ha seguido la rutina de los combatientes del Ejército Libre Sirio (ELS), siendo testigo de muertes ydestrucción.
Ver también: 6 consejos para crear fotografías abstractas![](/wp-content/uploads/tend-ncia/3062/zonac5veuk-1.jpeg)
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Pero ése no es el lado de la historia que quiere destacar. Chaim busca esperanza entre los escombros y una mirada al futuro: "Quiero mostrar la realidad de la que fui testigo, intentando así sensibilizar al público sobre la realidad actual de los refugiados, para ayudar de alguna manera", explica Gabriel.
Ver también: Aplicaciones fotográficas: las 10 más usadas para mejorar tus fotos en el iPhone"Me he llevado muchos 'noes' a la cara, así que hoy camino con las piernas, sin crearme expectativas en relación con otras personas", dice Gabriel, que desarrolla su trabajo en frente Creo que es mejor, ya que no tengo que rendir cuentas a nadie, siendo responsable de mí mismo", justifica.
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Por otra parte, colabora con una organización siria que ayuda a 600 niños con alimentos, escolarización y provisiones. Otras entidades, como la Cruz Roja, utilizan sus fotos para obtener donativos. También vende vídeos y fotos del conflicto a agencias internacionales; es uno de los pocos periodistas occidentales que trabajan en la región.
Probablemente le han preguntado una docena de veces por qué hace esto, dejar a su mujer y a su hija para arriesgarse a diez mil kilómetros de distancia, cuando a tan pocos parece importarles. Una pregunta que en sí misma ofrece la respuesta: "La gente se preocupa de su propio interés singular, olvidándose así de ayudar a los demás. Esto tiene que cambiar, y por eso hago este trabajo. Quiero demostrar queHay niños que mueren y necesitan ayuda de Occidente, que en este caso ha cerrado los ojos ante los problemas de los refugiados", declara Gabriel Chaim.
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